El auge de las redes sociales ha revolucionado la sociedad, nuestros hábitos diarios y cómo nos comunicamos entre nosotros. Un uso razonable de las mismas se antoja como fundamental para evitar conflictos y problemas innecesarios. En este post repasamos algunas cuestiones que hay que tener en cuenta.
Sé prudente al publicar contenidos. Antes de publicar un comentario, un vídeo o una fotografía en una red social hay que analizar los pros y contras de compartir ese contenido. Debemos tener en cuenta quién forma parte de nuestra audiencia y quiénes pueden acceder a nuestros mensajes. Por cuestiones profesionales o incluso personales, tal vez no nos interese mostrar cuáles son nuestras ideas políticas o nuestros pensamientos ese día. Sé prudente y ten sentido común.
Conversaciones privadas. En la línea del tema anterior, debemos tener en cuenta que las redes sociales son un espacio público. Podremos tener más o menos privadas y/o restringidas nuestras cuentas en estas plataformas, pero Internet es Internet. Si tenemos que tener una conversación con una persona tal vez no sea una buena idea publicar un comentario en su muro de Facebook. ¿Por qué no hablar en persona? ¿Por teléfono? ¿A través de mensajes privados?
No escribir en mayúsculas. Con carácter general, cuando uno participa en una red social debe conocer cuál es el objeto de cada plataforma, el tono que se utiliza en la misma, el contenido que se suele compartir,…etc. Y al mismo tiempo es fundamental comprender que en Internet las letras mayúsculas son sinónimo de gritar. Es decir, este recurso no se debe utilizar con carácter general.
Fotos impublicables. Publicar imágenes de todo lo que nos ocurre en el día a día tal vez no sea la opción más inteligente. Hay que apelar al sentido común. Si estás presente en una red social y tu objetivo es conseguir empleo, por poner un ejemplo, mejor no subas una imagen a las tres de la madrugada con tus amigos en una discoteca.
Más naturalidad, menos postureo. Un informe publicado recientemente revela cómo los usuarios cada vez valoramos más la autenticidad frente al postureo en las redes sociales. De hecho, es común realizar “limpiezas” constantes de las personas a las que seguimos. Por ese motivo, conviene evitar el postureo y actuar con naturalidad en estos canales.
Cuidado con geolocalizar todo. A veces puede ser tentador contar nuestro día a día en redes sociales. Incluso realizar retransmisiones en vivo. Sin embargo, también puede que estas opciones no sean convenientes. Pongamos un ejemplo: te vas un mes de vacaciones a un país extranjero, dejando durante 30 días tu hogar vacío, y lo publicas en este tipo de plataformas. Todo el mundo sabrá entonces que tu vivienda está vacía. Y eso, tal vez, podría suponer que los amigos de lo ajeno intenten robar en tu casa.
No al uso masivo de hashtags. Moderación. No es necesario abusar de los hashtags. Y es que un uso excesivo de estos puede resultar molesto para los lectores. Con carácter general, es mejor que estas etiquetas sean cortas y siempre comiencen con letra mayúscula la primera palabra que se utilice. Eso ayudará a que el contenido tenga una mejor legibilidad.
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