Por Frank Estrada
La copa del mundo en Brasil nos dejó grandes emociones y algunas decepciones.
Deportivamente reconocemos el gran trabajo de Alemania, pero no entendemos la baja calidad de árbitros que asistieron a ordenar en el campo. La selección mexicana quedó fuera del mundial por su falta de preparación y planeación como grupo deportivo.
Pero los logros o errores no sólo estuvieron en la cancha, la publicidad, el marketing y la participación del público no sólo se limitó a anuncios televisivos. Sin duda los Medios sociales hicieron una presencia conmemorativa.
Recordemos que antes del juego Brasil vs México, la Federación Brasileña de fútbol lanzó un reto a la FMF, a ver quién llegaba con más seguidores en Twitter al juego.
Los jugadores y entrenadores en medio de las concentraciones publicaban desde sus móviles algunas frases emotivas, fotos alusivas a su esfuerzo y enardecieron al público con sus post.
La emoción no sólo se creo en el campo, la nube también sirvió para contagiar de ilusión a millones de aficionados.
Las redes sociales nos mostraron la algarabía dentro y fuera de los estadios, el público pasó de ser un simple espectador a informador presencial. Esa es la tendencia, engrandecer los eventos por medios de la experiencia y difusión de la misma.
Por primera vez en la historia las televisoras transmitieron sus juegos por internet, libre y sin restricción, el streaming realizaba la función multibitrate, es decir, se ajustaba a las calidades de internet del usuario desde HD hasta Standard Definition.
Las páginas que prestaban este servicio se inundaron de publicidad gráfica y audiovisual, un éxito para los Medios Sociales.
Y sin menospreciar el talento de muchos al crear los Memes, en cada juego, cada acontecimiento era digno de expresión por parte de los usuarios con este tipo de manifestación de entretenimiento.
No cabe duda que este fue un paso importantísimo para el internet, los medios y los usuarios.
Brasil 2014, no sólo fue una copa de futbolistas, fue una fiesta en internet.